Tratamiento Artrosis con Onda de Choque CTU S WAVE
Tratamiento Artrosis en la fase inicial con Onda de Choque CTU S Wave en Hospitales San Roque
Uno de los ejemplos patológicos más comunes que se presenta entre la población es La Artrosis en la fase inicial. La Onda de Choque CTU S Wave actúa en la raíz del problema desacelerando la evolución de esta enfermedad (deformidad, inflamación y rigidez) y, a su vez, disminuyendo notablemente el dolor articular. El médico reumatólogo sabrá en todo momento cuál es el protocolo para que su calidad de vida no se vea afectada por la artrosis.
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La artrosis es un trastorno crónico asociado a alteraciones en el cartílago y los tejidos circundantes, y se caracteriza por dolor, rigidez y pérdida de la función.
Síntomas y tratamiento de la artrosis
La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente entre las personas mayores, aunque también puede producir a edades más tempranas. Esta patología afecta a las articulaciones y es consecuencia de un proceso degenerativo del cartílago que recubre los huesos y que en condiciones normales evita que estos entren en contacto con el movimiento o absorbe el impacto de los golpes que recibe la articulación.
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La artrosis puede afectar a cualquier articulación, aunque las localizaciones más frecuentes son manos, rodillas, caderas y columna vertebral. Puede ser primaria, sin que se conozca la causa que la origina, o secundaria, si es consecuencia de una enfermedad específica o de un traumatismo.
Síntomas de la artrosis
Los síntomas más frecuentes son los siguientes:
- Dolor: al inicio del proceso de la enfermedad aparece al mover la articulación y se produce al rozar los huesos que une la articulación al haber perdido el cartílago su función amortiguadora. Pero cuando ya se encuentra en fase avanzada el dolor se produce incluso estando en reposo.
- Chasquidos: se producen al mover la articulación tras un periodo de descanso y se debe al roce de los extremos de los huesos.
- Deformación: el hueso responde a la ausencia de cartílago creciente por su zona lateral, de tal manera que la articulación se hace más grande y ancha, apreciándose una clara deformación y la presencia de nódulos.
- Inflamación y edemas: es frecuente que la articulación se inflame y que se produzca la acumulación de líquidos (edema) en torno a ella.
Factores de riesgo de la artrosis
Hay factores que hacen que aumente la susceptibilidad de una persona a sufrir artrosis:
- El envejecimiento.
- Antecedentes familiares.
- Ser mujer (después de la menopausia).
- La obesidad.
- Haber desarrollado una actividad deportiva de alto impacto.
- Traumatismos previos.
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta principalmente al cartílago, el tejido que recubre las superficies articulares y permite el movimiento suave de las articulaciones. A medida que la artrosis progresa, el cartílago se desgasta, lo que puede llevar a la fricción entre los huesos y causar dolor, hinchazón, rigidez y pérdida de movimiento en la articulación.
La artrosis puede afectar a cualquier articulación, pero es más común en las articulaciones que soportan peso, como las rodillas, las caderas, la columna vertebral y las manos. Aunque la artrosis suele asociarse al envejecimiento, también puede desarrollarse como resultado de lesiones articulares, predisposición genética, obesidad y otros factores.
El tratamiento de la artrosis tiene como objetivo aliviar el dolor, mejorar la función articular y ralentizar la progresión de la enfermedad. Aquí hay algunas opciones comunes de tratamiento:
Medicamentos: Se pueden recetar analgésicos y antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar el dolor y reducir la inflamación. En algunos casos, los médicos pueden recetar medicamentos más fuertes o inyecciones de corticosteroides para manejar el dolor.
Terapia física: Los fisioterapeutas pueden diseñar programas de ejercicio específicos para fortalecer los músculos alrededor de la articulación afectada, mejorar la flexibilidad y reducir la carga sobre la articulación.
Pérdida de peso: Si el paciente tiene sobrepeso, perder peso puede reducir la carga sobre las articulaciones afectadas, lo que puede aliviar los síntomas y ralentizar la progresión de la artrosis.
Dispositivos de asistencia: El uso de ortesis (como férulas o aparatos ortopédicos) puede ayudar a estabilizar y soportar las articulaciones afectadas, aliviando así el dolor y mejorando la función.
Inyecciones de ácido hialurónico: Estas inyecciones se utilizan para mejorar la viscosidad del líquido sinovial en la articulación, lo que puede proporcionar alivio temporal del dolor y mejorar la movilidad.
Cirugía: En casos graves en los que otras opciones no han proporcionado alivio, la cirugía puede ser considerada. Esto puede incluir la artroscopia para limpiar la articulación, la osteotomía para cambiar la alineación del hueso, o incluso la artroplastia (reemplazo articular) en casos avanzados.
Es importante destacar que el tratamiento de la artrosis puede variar según la gravedad de la enfermedad y las necesidades específicas de cada paciente. Se recomienda consultar a un médico especialista reumatólogo, para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.